El sueño en contra de lo que podemos pensar, es un proceso dinámico, necesario para la salud por sus múltiples funciones regeneradoras, consolidativas y estabilizadoras. La actividad fisiológica bulle y a consecuencia de la misma, son muchos los sistemas corporales beneficiados tras dormir una larga y placentera noche.
-Sistema endocrino: Los picos más altos de producción de la hormona del crecimiento, ocurren durante el sueño. Esta, como su propio nombre indica, es la sustancia encargada de favorecer el crecimiento en los niños. Por otro lado, la melatonina, que tiene la misión de hacernos dormir, tiene un papel fundamental en la regeneración celular. Además la vasopresina, que regula el sistema excretor, aumenta también su concentración, lo que hace que durante el sueño también nuestro cuerpo elimine toxinas a través de los poros de nuestra piel.
-Sistema cardiovascular: Durante la fase del sueño Delta o sueño profundo, baja la presión arterial y el ritmo cardíaco, el corazón entonces está sometido a menor trabajo, lo que evidencia una función protectora para este importante órgano.
-Sistema musculo esquelético: Cuando dormimos baja el tono y la musculatura se destensa, se relaja. La producción de hormonas favorece la síntesis de proteínas musculares, la hormona del crecimiento (de la que hablamos anteriormente), favorece la regeneración muscular incluso en la etapa adulta. En nuestra columna vertebral, los discos intervertebrales se regeneran y se rellenan de una sustancia fundamental para ejercer su función amortiguadora.
-Sistema nervioso: Mientras descansamos se consolidan los recuerdos y el aprendizaje, fortaleciéndose las conexiones cerebrales. Se dice de forma sabia y comúnmente que “lección dormida, lección aprendida”. Además favorece la labor de las células gliales, que desempeñan la función de soporte de las neuronas; e intervienen en el procesamiento cerebral de la información en el organismo. Estas células que se encargan de limpiar el cerebro, permanecen más activas durante el sueño, y al mismo tiempo se ha demostrado recientemente que se eliminan residuos mientras dormimos.
-Sistema inmune: La fase del sueño lento tiene una función reparadora favoreciendo la misión del sistema inmune. Se trata de una fase en la que las ondas cerebrales son amplias y lentas así como el ritmo respiratorio. Esta además determina una buena o mala calidad del sueño en términos de su eficiencia, es decir, la experiencia subjetiva de que el sueño ha sido o no reparador.
Dormir es un proceso constructivo, anabólico, en el que se reajusta nuestro sistema biológico, por lo que un descanso correcto es fundamental para cuidar nuestra salud y nuestro bienestar. Y para ello no hay que olvidar elegir un colchón que permita mantener los parámetros que los expertos consideran como fundamentales para un sueño óptimo y que Grupo Lo Monaco ha conseguido aunar en la Gama Nuevo Triple.
Salud Ideal
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