jueves, 21 de agosto de 2014

BENEFICIOS DE APRENDER IDIOMAS

APRENDIENDO A HABLAR OTRO IDIOMA

Alguien dijo una vez que quien conoce dos lenguas tiene dos almas, y es que hablar más de un idioma no solo te ayuda a comunicarte con un mayor número de personas, sino que, además, puede ayudarte a mejorar ciertas habilidades cognitivas, regular tus emociones y desarrollar el cerebro y prevenir su deterioro.
Aunque algunas personas todavía piensan que enseñar dos idiomas a los niños pequeños puede confundirles, lo cierto es que también resulta beneficioso para ellos. Estos son los resultados más interesantes de algunas investigaciones sobre los beneficios de ser bilingüe:
1. Crecimiento del cerebro. Investigadores de la Universidad de Lund compararon un grupo de estudiantes universitarios con un grupo de personas que aprendieron a hablar con fluidez un nuevo idioma en trece meses. Antes de empezar, y tras tres meses de estudio intensivo, les hicieron escáneres mediante resonancia magnética a ambos grupos y vieron que, mientras que la estructura cerebral de los universitarios permanecía sin cambios, determinadas partes del cerebro de los estudiantes del nuevo idioma habían crecido. Las partes que crecieron fueron el hipocampo (implicado en el aprendizaje de nuevo material) y tres áreas de la corteza cerebral.
2. Ayuda a regular las emociones. Conocer dos idiomas puede también ayudarnos a regular las emociones negativas. Cuando las personas bilingües cambian de un idioma a otro, también cambia el modo como experimentan las emociones. Si estás en un estado emocional especialmente negativo, empezar a hablar en tu idioma no natal, que es menos emocional, puede ayudarte a sentirte mejor. Además, contar ciertas experiencias puede producir respuestas emocionales más intensas cuando utilizas tu idioma natal que cuando lo haces en el otro idioma que conoces.
3. Protección contra el Alzheimer. Otros estudios han mostrado que las personas bilingües pueden estar más protegidas contra la enfermedad de Alzheimer. Las personas bilingües, que constantemente deben cambiar entre un idioma y otro, están usando más su cerebro y manteniéndolo más activo. Eso hace que sus cerebros estén más preparados para compensar la atrofia causada por la enfermedad de Alzheimer. Así, para que una persona bilingüe muestre el mismo nivel de deterioro cognitivo que una monolingüe, su cerebro tiene que llegar a estar el doble de atrofiado.

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