COMER EN PAZ
Cuando comemos estamos recibiendo energía vital que nos llega a nuestro cuerpo mediante los nutrientes de los alimentos y mediante la energía que reina en ese momento. No sólo ingerimos la comida también ingerimos los pensamientos y sentimientos que acompañan el acto mismo de comer. Por eso, es esencial comer despacio, sin prisa y libre de estrés, y que hagamos de la hora de comer un momento sagrado. Enfoquemos todos nuestros pensamientos y energías en recibir el alimento en un estado de armonía.
•Respira profundo y regocíjate en la belleza de los alimentos que están en tu plato.
•Disfruta de sus colores y aromas.
•Dales gracias a Dios y a la Madre Tierra por todos los frutos, vegetales, cereales, legumbres,hortalizas,semillas, que mantienen tu cuerpo lleno de vitalidad.
•Dales las gracias a todos los seres y a todas las manos que han trabajado para que ese plato de comida llegue a ti.
•Ahora sonríe desde adentro, desde tu estómago, desde cada una de tus células, para que sean digeridos con amor.
•Empieza a comer con tranquilidad, sin prisa, disfrutando de los sabores y texturas en cada bocado.
•Siente cómo los alimentos entran a tu cuerpo en armonía.
•Cuando te sientas satisfecho para de comer, aunque todavía quede comida en el plato, bendice tu cuerpo y agradece. Cuantos quisieran tener ese plato de comida que tu tienes, cuantos seres muriendo de hambre.
•Saca tiempo para comer sin interrupciones. •Procura que el ambiente sea tranquilo. •Antes de empezar a comer respira profundamente.
•No pienses ni hables de problemas durante la comida. •No trabajes ni veas televisión a la hora de la comida. • •Disfruta los sabores y texturas en cada bocado. •Siente como cada alimento entra a tu cuerpo en armonía.
Recuerda que los dientes están es en la boca y no en el estomago, mastica diligentemente cada bocado y disfrútalo a plenitud.
•Cuando comes con calma planificas tus comidas en tu horario. No esperas a estar demasiado hambriento para comer, un mal hábito que te puede llevar a comer comida chatarra o a comer en exceso.
•Cuando comes con calma sientes el hambre y la saciedad. No comes por ansiedad ni por estrés. Comes lo que necesitas y dejas de comer cuando ya estás satisfecho.
•Cuando comes con calma disfrutas de la comida. No te saltas las comidas ni te castigas con dietas restrictivas. Sabes recibir el regalo divino de la comida.
•Y cuando comes con calma es mucho más fácil empezar a comer de una manera saludable.
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