OSHO
La vida ya está burbujeando en tu
interior. Solamente puedes contactar con ella allí. El templo no está en el
exterior; tú eres su santuario. Por eso lo primero que has de recordar, si
quieres saber lo que es la vida, es: nunca la busques en lo exterior, nunca
trates de descubrirla en alguien. El significado no puede ser transferido de
este modo. Las Maestros más grandes nunca han dicho nada sobre la vida, siempre
te han devuelto a ti mismo.
Lo segundo que has de recordar es:
una vez que sepas lo que es la vida sabrás, lo que es la muerte. La muerte es
parte del mismo proceso. Por lo general creemos que la muerte llega al final,
por lo general creemos que la muerte se opone a la vida; por lo general creemos
que la
muerte es el enemigo, pero la muerte no es el enemigo. Y si consideras a la muerte como el enemigo esto
simplemente demuestra que no has sido capaz de saber lo que es la vida.
La muerte y la vida son dos
polaridades de una misma energía, del mismo fenómeno, el flujo y el reflujo, el
día y la noche, el verano y el invierno. No están separados y no son opuestos
ni contrarios. Son complementarios. La muerte no es el fin de la vida; de hecho
es una culminación de una vida, la cresta de la vida, el clímax, el gran final.
Y una vez conoces tu vida y su proceso, entonces comprendes lo que es la
muerte.
La muerte es una parte orgánica,
integral de la vida y es muy amistosa con ella. Sin ella la vida no puede
existir. La vida existe debido a la muerte, la muerte le da un trasfondo. La
muerte es, en efecto, un proceso de renovación. Y la muerte sucede a cada
instante. En el instante en que inhalas y en el instante en que exhalas, ambas
se dan. Al inspirar, la vida entra; al expirar, viene la muerte. Por eso al
nacer un niño lo primero que hace es inspirar; entonces la vida empieza. Y
cuando un viejo muere, lo último que hace es exhalar; entonces la vida se va.
El exhalar es la muerte, el inspirar es la vida. Son como las dos ruedas de una
carreta. Vives tanto debido a que inspiras como a que expiras. El exhalar es
parte del inhalar. No. puedes inhalar si dejas de exhalar. No puedes vivir si
dejas de morir.
El hombre que ha comprendido lo
que es su vida, permite que la muerte suceda, le da la bienvenida. Muere a cada
instante y a cada instante resucita. Su cruz y su resurrección suceden
continuamente como un proceso. Muere al pasado a cada momento y nace una y otra
vez al futuro.
Si observas lo que es la vida
podrás saber lo que es la muerte. Si comprendes lo que es la muerte, solamente
entonces serás capaz de comprender lo que es la vida. Forman un organismo. Por
lo general, debido al miedo; hemos creado la división. Creemos que la vida es
buena, y que la muerte es mala. Creemos
que ha de desearse la vida Y que ha de evitarse la muerte. Creemos que, de
alguna forma, hemos de protegernos contra la muerte. Esta idea absurda crea
interminables desgracias en nuestras vidas, porque una persona que se protege
contra la muerte se vuelve incapaz de vivir. Es la persona que teme exhalar
entonces es incapaz de inhalar y se queda embarrancada. Entonces simplemente
mal vive, su vida deja de ser un fluir, su vida deja de ser un río.
Si realmente deseas vivir has de estar dispuesto a morir. ¿Quién en ti teme
a la muerte? ¿Teme la vida a la muerte? No es posible. ¿Cómo puede la vida
sentirse asustada por su proceso integral? En ti hay algo más que está
asustado: El ego es el que teme en ti. La vida y la muerte no son opuestos. El
ego y la muerte sí son opuestos. La vida y la muerte no son opuestos. El ego y
la vida si son opuestos. El ego está en contra de los dos, de la vida y de la
muerte. El ego teme el vivir y el ego teme el morir. Teme vivir porque a cada
paso, al esforzarse en pos de la vida, hace qué la muerte se acerque.
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