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El Tai Chi.
Hay quien considera al tai
chi simplemente como un yoga en movimiento, pero la concepción misma o la finalidad
de esta gimnasia china va mucho más allá que en los movimientos pasivos del yoga. En el tai
chi se medita, pero no es un método para meditar; se establecen posturas curativas,
pero no es una gimnasia para curarse de enfermedades; también se controla la
respiración, aunque como un medio para conseguir mayor efectividad en los movimientos. La
finalidad global del tai chi es el individuo consigo mismo, no en relación al
universo, y por ello trata de potenciar todas las cualidades reales del ser humano, entre
ellas:
· Potencia.
· Coordinación muscular.
· Elasticidad.
· Resistencia.
· Equilibrio.
· Flexibilidad.
· Capacidad de lucha.
· Control de nuestras
emociones.
· Adaptación al medio.
El tai chi y el resto
de los métodos chinos de autosuficiencia no tratan de lograr un individuo pasivo,
meditabundo y concentrado en sí mismo, sino alguien eficaz en la vida moderna y que sea
capaz de sobrevivir con mejores medios que los demás. El practicante de tai chi no
es una persona débil ni sumisa y no acepta los designios del destino con resignación,
sino con energía y lucha. Aunque no es agresivo, puede repeler una agresión con eficacia
si las circunstancias lo requieren. El fin del tai chi, por tanto, es práctico y
muy directo.
Beneficios terapéuticos
La práctica continuada del tai
chi ha venido a demostrar que tiene una gran importancia en la prevención y curación
de algunas enfermedades. Muchos especialistas consideran que es un tratamiento eficaz
contra la hipertensión, las úlceras gastroduodenales, las enfermedades cardíacas, la
tuberculosis pulmonar y otras dolencias.
Beneficios del tai chi
en los principales sistemas orgánicos
En el sistema nervioso:
Por el desarrollo que ha
logrado la fisiología en los últimos años, sobre todo los estudios que se han realizado
acerca del sistema nervioso central, estamos seguros que determina un papel importante en
el funcionamiento correcto del cuerpo humano. Es bien sabido que el sistema nervioso, y en
especial el cerebro, rige y controla todos los demás sistemas y órganos. Apoyado en las
actividades del sistema nervioso (por medio de reacciones condicionadas y no
condicionadas), el hombre se adapta a cualquier circunstancia y al cambio de ambiente; los
diversos sistemas del cuerpo se unifican con las actividades orgánicas, según sus
necesidades, de modo que cualquier método que pueda reforzar el papel del sistema
nervioso central será saludable para el cuerpo humano.
Los beneficios del tai
chi radican en que, si se practica durante un largo período, ejercerá influencias
benéficas sobre el sistema nervioso central. Al iniciar la práctica de esta gimnasia es
necesario concentrar toda la atención, sin emplear la fuerza. De hecho, esto constituye
un factor de buen entrenamiento para las actividades cerebrales.
Al practicar la gimnasia de
manera continuada, como un afluente, los ojos, la cintura, las manos y los pies deben
interrelacionarse para formar un conjunto armónico. Como algunos de los movimientos son
complicados, se necesita una buena capacidad de equilibrio, es decir, mientras se
practican los movimientos el cerebro deberá trabajar intensamente, lo que constituye
indirectamente un ejercicio para el sistema nervioso central, elevando así la capacidad
intelectual, al mismo tiempo que se vigorizan los otros sistemas orgánicos.
El tai chi es, pues,
un deporte de relajación y movimiento que proporciona bienestar físico y una buena
estabilidad psíquica. Muchos experimentos han demostrado que al practicar esta gimnasia,
sin emplear la fuerza física, la sola influencia nerviosa produce cambios en la química
y en la circulación sanguínea, así como en la expulsión del aire. Para los enfermos
esto es precisamente importante porque, además de vigorizar el organismo, ayuda a mejorar
la enfermedad misma.
En el sistema cardiovascular
y respiratorio:
Cuando se practican
movimientos de tai chi se involucran los diversos grupos musculares y articulares
al unísono con la respiración y las pulsaciones cardíacas. Por ello se fortalece la
circulación de la sangre y el sistema linfático, reduciéndose al mismo tiempo cualquier
bloqueo que pudiera existir.
Las diversas contracciones y
dilataciones periódicas de los músculos pueden impulsar la circulación sanguínea, y
ello garantiza por tanto la buena circulación y la presión arterial adecuada.
En el metabolismo:
Sabemos que el tai chi
ejerce una buena influencia en el sistema nervioso central, refuerza la circulación
sanguínea, reduce las obstrucciones en arterias, mejora la digestión y estimula el
metabolismo.
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